viernes, 17 de abril de 2009

Portada

Créditos

Presidente del Núcleo
Edmundo Rivera Robayo

Director
José Meythaler Quevedo

Consejo Editorial
Edgar Jiménez Sarsoza
Luis Balarezo Mesías
Sócrates Hernández Hernández
Raúl Plaza López
Hugo Salazar Albán
Oscar Barba Bolaños

Impresión
Talleres Casa de la Cultura Ecuatoriana "Benjamín Carrión" Núcleo de Cotopaxi

Montaje y Reproducción
Darwin Fabara Jácome

Digitador y Diagramador
Juan Pablo Atiaga Romero

Portada
Toros de Pueblo “El Salto”
Latacunga

Óleo
Marco Karolys Baca

Blogger
Iván Berrazueta Ocampo

Editorial / El Director

Benjamín Carrión Mora

El lunes 9 del presente, en el Salón de la ciudad, seis intelectuales, todos Miembros de la Casa de la Cultura, algunos recién ingresados, y que pasaron por una prueba de fuego, que los hace acreedores a tal distinción, hicieron un análisis amplísimo de la obra de Benjamín Carrión, creador de la Casa de la Cultura que lleva su nombre, quizá su obra mayor, motivo por el cual, se hizo acreedor al Premio “Benito Juárez” en la ciudad de México.

Carrión siempre será motivo de críticas, comentarios, análisis, alabanzas, etc., por la magnitud de su obra y porque siempre obró con pasión, de ahí que algunos de sus escritos fueron y serán criticados, entre ellos, una novela histórica donde existe algo o mucho de fantasía, por la falta de datos verdaderamente históricos, titulada “Atahuallpa”, porque los verdaderos protagonistas son Huayna Capac y Francisco Pizarro, el primero de ellos casi endiosado; y otra de carácter histórico, “El Santo del Patíbulo” que hace de García Moreno un ser humano cuyos defectos, según él, están muy por encima de sus cualidades, obra que en opinión de su sobrino Alejandro Carrión, otra de las cumbres de la literatura ecuatoriana, debió reescribirla.

De Carrión, en el homenaje anotado se habló de su ancestro, lojano de nacimiento, emparentado por los cuatro costados, con lo que se llamaba “la crema y nata” de la nobleza lojana, con escudos de nobleza y todo; de otra parte se comentó que fue, para unos un socialista convencido, casi revolucionario, para otros, casi un traidor al extremo que fue expulsado de dicho partido. Benjamín Carrión fue diplomático, escritor de altísimos quilates, que cultivó varios géneros, la poesía el ensayo, la novela, la novela histórica; en la parte que corresponde a la política conocimos algunos aspectos muy interesantes de su accionar en ese sentido, llegando a ser inclusive candidato a la Vicepresidencia de la República; fue, debido a sus cualidades de gran conversador, carisma excepcional y recia personalidad íntimamente relacionado con lo más granado de la intelectualidad de América y Europa.

Pero, lo que más nos interesa es saber que obró en todo con enorme pasión e inmenso amor a su tierra, recortada y humillada en el nefasto Protocolo de Río de Janeiro de 1942, de donde partieron sus grandes ideales: volver a tener Patria y la teoría de la Nación pequeña; pequeña en territorio pero grande en lo artístico y cultural.

Este comentario no sería completo sino hacemos referencia al ingenio de uno de los oradores cuando hizo referencia a Carrión a su amistad y correspondencia con Pablo Palacio, un escritor fuera de serie que se anticipó a muchos en el género del realismo mágico.

Una vez más la Casa de la Cultura ha cumplido con el gratísimo deber de homenajear a uno de los ecuatorianos más ilustres de toda nuestra historia republicana; la existencia de nuestra institución la debemos a él y ese mérito ha sido reconocido, sin reticencias, no solo por el Ecuador, sino por otros países, que inclusive, han seguido su ejemplo creando sus propias Casa de la Cultura, tomando la nuestra como ejemplo, que a lo largo de muchas décadas ha sido la institución rectora de la cultura ecuatoriana.

Felicitaciones a los oradores, que indudablemente, nos demostraron cabal conocimiento de las ejecutorias del Maestro.

Nos hubiera gustado que se eliminen ciertos detalles de menor importancia y una mayor capacidad de síntesis.

Relato / Rodrigo Campaña Escobar

AÑORANZAS…
DE MIS MUSEOS

Hace pocos días el suplemento dominical de La Gaceta trae la entrevista que me hiciera el distinguido periodista, buen “crucigramador” y amigo Víctor Hugo Medina, a quien aunque a destiempo, mucho agradezco.

A propósito diré que si bien se me puede atribuir aquello de “creador de museos”, también es verdad que tan importante labor, muchas veces, es el resultado del esfuerzo común de un grupo humano identificado con un propósito. Tal es el caso de los museos de la escuela “Isidro Ayora”, el objetivo especial de esta añoranza.

La Pedagogía y años de experiencia confirmaron una verdad: el gran problema que afecta a la enseñanza; en el nivel primario, especialmente, radica en la insuficiencia de un elemento básico, el material didáctico, casi siempre insuficiente y además inadecuado.

Esta realidad me permití plantear al Consejo Técnico Consultivo cuando a inicios de 1963, mediando circunstancias que son conocidas, fui designando Director de la Escuela Municipal con aquiescencia de mis compañeros y el I. Concejo.

Una solicitud requiriendo la solución de la deficiencia evidente en el plantel, recibió el rotundo rechazo del señor Alcalde, quien, en la sesión donde se consideraba mi solicitud, textualmente expresó: “si se atiende el pedido del Director de la Isidro Ayora, habrá que suprimir la Administración Municipal”. Presente en la sesión, solicité Comisión General, que me fue concedida. En uso de la palabra manifesté mi extrañeza ante el criterio del señor Alcalde añadiendo que era obligación del Municipio en su calidad de patrono, proveer lo solicitado que era insignificante y consistía en algo de material adecuado que sería elaborado por el personal Docente dispuesto a resolver el asunto con o sin la ayuda Municipal. Silencio absoluto en la sala. Petición denegada. Y fue así como los profesores de la Isidro, sin escatimar esfuerzo y sacrificio, trabajando horas extras, el 15 de Mayo de 1963 con ocasión de las fiestas patronales inauguramos la sala de Ciencias “Jorge Gallegos Cruz”, que lo que ocupaba hasta entonces fuera Salón de Actos en el piso superior del local número 1, en el que se exhibían, perfecta y hasta elegantemente dispuestas, bien previstas colecciones para le enseñanza de Antropología, Botánica, Zoología. Física y Química. La mueblería de exposición fue construida, reconstruida, o adaptada en el taller de carpintería que eficientemente dirigía el maestro Emiliano Santacruz y la colaboración de alumnos y profesores.

En la solemne ceremonia el concejal delegado del Sr Alcalde en efusivas frases felicitó a la escuela en nombre del M. I. Concejo, Alcalde incluido. Desde entonces y en adelante, número principal de las fiestas Patronales de Mayo, constituyó la inauguración de un anexo incrementando el haber Cultural, Científico, Tecnológico y Artístico del plantel. Por ser muchos citaré los que considero los más importantes.

1964.- 42 Maquetas Tecnológicas
1965.- Museo de Arqueología
1966.- Colecciones de Numismática
1967.- Cien Trabajos Didácticos en madera terciada
1970.- Museo de Folklore de Cotopaxi
1971.- Biblioteca de Talleres
1972.- Ciento veinte Kits de ciencias
1976.- Museo de Organografía Vegetal
1977.- Colecciones de Geología y Mineralogía del Ecuador.

Esta es, la sucinta historia de nuestros museos. Esperamos haber cumplido con el fin específico de la Educación, con los mejores elementos.

Como caso único lo conceptuó, luego de una visita de 120 profesores de la Universidad Autónoma de México, su Rector. Opiniones semejantes emitieron entendidos y profanos, Científicos, Artistas y Maestros. Muchas de ellas, firmadas, constan en las páginas del libro de visitantes.

Es preciso reconocer que a numerosas personas naturales y entidades debemos eterna gratitud por su valioso apoyo. Mencionaré unas cuantas.

En el primer lugar Sr. Rafael Cajiao E. Alcalde de Latacunga, cuya negativa de ayuda, nos incentivó para intentar obra de tanta importancia y magnitud.

En segundo lugar al Personal Docente que de manera total o temporal laboró bajo mi dirección el periodo 1963-1978, contribuyendo, como se dice., “con plata y persona”.
A lo centenares de pequeñitos que con entusiasmo y cariño hicieron su parte, contribuyendo, con materiales y especímenes.

A los padres de familia, en especial a los directivos de las Asociaciones reglamentarias.

Al ex alumno Sr. John de Howitt A. por la filantrópica contribución de una asignación mensual que solventó muchas necesidades.

A los expertos taxidermistas Srs. Rafael y Hernán Betancourt latacungueños, y a los ambateños Hnos. Pérez Lucero.

Al Sr. Tesorero Municipal Arturo Velasteguí y al Gerente del Banco Popular Sr. Bolívar Torres.

Al propietario del Zoológico de Pastaza Sr. José Pauker, por la generosa donación de una colección de aves y mamíferos naturalizados.

Al Sr. Francisco Sandoval Pástor, por el obsequio del ejemplar fósil de un milodonte.

Al ex alumno Sr. Ing. Rodrigo Campaña M. que donó una osamenta de ballena y una colección de Geología y Mineralogía del Ecuador.

A los científicos Dr. Jorge Salvador Lara, Francisco Terán, Aquiles Pérez. Esposos Evans y Maggers. Sr. Francisco Huerta Rendón, Srta. Alicia de Francisco, de la Universidad de Berkeley, con quien realizamos trabajos de campo. A la Sra. Rosewith Hartmanm, etc.

Expreso mi más grande reconocimiento al Arq. Hernán Crespo Toral, ya fallecido, con quien me inicié en el conocimiento de la Arqueología y de quien recibí apoyo y asistencia en su calidad de Director de los Museos del Banco Central.

Con especial cariño al huaquero Sr. Lorenzo Bonifa, mi proveedor y amigo.

Las compensaciones han fluido variadas y abundantes, siendo la principal la satisfacción del deber cumplido.

Destaco la constante y favorable opinión de la prensa.

El 12 de Mayo de 1964 la Junta Militar de Gobierno concedió condecoración Al Mérito e imposición de Medalla de Oro al Pabellón de la Escuela y además Acuerdo de ascenso de Categoría a todo el Personal Docente sin otro requisito previo.

Igual Condecoración la recibimos en 1965 de parte de I. Municipalidad de Latacunga.

Por mi parte he de agradecer las distinciones que se me han conferido al considerarme participante del proceso descrito:

1971-1978.- Director ad-honorem del Departamento de Educación y Cultura Municipal.

1971.- Con veredicto de la Dirección de Educación y Casa de la Cultura, se me reconoció Mejor Maestro de Cotopaxi.
1972.- Enviado por la Dirección de Museos del Banco Central a USA con la misión de observar y constatar las colecciones Arqueológicas ecuatorianas que exhiben los Museos de New York. Brooklyn, Baltimore y Washington.

Considero como el máximo Galardón el que se confiriera el 4 de los corrientes el Centro Deportivo Escolar de Latacunga al denominar “Rodrigo Campaña Escobar”, el magno evento deportivo con apoteósica ceremonia y enorme concurrencia de Autoridades, Maestros, Padres de Familia y centenares de niños que me abrumaron con sus voces y prolongados aplausos.

Para finalizar, manifiesto que de los más de cincuenta compañeros que de manera temporal o permanente laboraron junto a mí, por razones de espacio, citaré únicamente a quienes estuvieron de principio a final.

Alcázar Arroyo Jorge
Álvarez Salazar Luis +
Argüello Campaña Mario+
Berrazueta Velasco Raúl
Bustillos Armas Neris
Campaña Escobar Rodrigo
Carrillo de Bonilla Elsa
Cepeda Moreno Luis
Coba Soto Alfredo+
Espinosa Garzón Benigno +
Santacruz Valverde Virgilio+
Guttama Chacón Víctor +
Gutiérrez Altamirano Bolívar
Herrera Villarroel Edgar
Jiménez Munive Luis
Mejía Munive Luis +
Moscoso Tapia Augusto +
Naranjo Caicedo Nelson
Coronel de Bassantes Pastora+
Parreño de Lanas Delia
Santacruz Valverde Emiliano +
Vásquez Armas Luis

Literatura / Oswaldo Rivera V.

OBRA: “LITERATURA EN EL PASILLO ECUATORIANO”

Con la aprobación y asentimiento del señor Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Marco Rodríguez, del Dr. Fabián Guerrero Obando, Director de Publicaciones y las bases pertinentes, se publicó la obra “Literatura en el Pasillo Ecuatoriano”, bajo el sello Editorial Pedro Jorge Vera, permitiendo al Núcleo de Cotopaxi presentarla para conocimiento provincial y nacional.

En la Casa de la Cultura Benjamín Carrión y en la Filial de Cotopaxi se determinaron acciones precautelatorias y autonómicas porque la producción es significante e implica libertad, desenvolviéndose en razón directa de las aspiraciones contemporáneas y de fundamentales géneros artísticos, culturales y científicos encaminados a la afirmación creativa, a los adelantos, esfuerzos de comunicación, difusión, nuevas actitudes frente a la vida y el fortalecimiento de la conciencia de identidad. En suma, el testimonio de su camino histórico y de libertad que no deben ser centralizados ni desviados, perjudicando a las autonomías institucionales.

En la obra que hoy presentamos se manifiesta la importancia del pasillo ecuatoriano y sus épocas. Se riega el sentimiento de amor social, las opiniones del género musical, la convicción histórica, los lazos de unidad de que forma parte la producción: raíz y sangre de nuestras tierras, amor y canto de la palabra caminante nacida en las voces desbordadas de todos los tiempos y lugares.

Las melodías y su difusión, los mensajes, la semilla nueva, el florecimiento, elevan a las personas a vidas mejores. La música señala que cuando la palabra y el pincel enmudecen de impotencia, la música habla. La producción poética y musical se encuentra en los ideales artísticos.

La importancia histórica del pasillo ecuatoriano en cuanto a su origen, desarrollo, dimensión literaria y musical, profundidad armoniosa, letras, composiciones, sabor literario gravitante y sustentador de la cultura, nace de la entraña espiritual del país. Abarca una pléyade de músicos y poetas que contribuyen con el virtuosismo, con los conservatorios y referente de identidad.

El pasillo ejerce influencia decisiva en la vida de las personas, purifica las pasiones, provoca alegría espontánea, reflexión, sensibiliza al corazón y la mente. Es decir, la literatura se dirige al espíritu, es revelación, deleite, belleza novedad de temáticas. Música y poesía, son gozo expresivo, fruto intelectual y sentimiento. La música vive en lo inefable y la poesía, su hermana, conmueve afirmándose en las palabras activas unidas en un todo indisoluble.

La obra tiene la misión de vigorizar el estudio de la literatura en el pasillo ecuatoriano, escrutando a sus exponentes en la poesía y la música, conocidos y reconocidos. Los cortos resúmenes cronológicos se relacionan con los valores musicales y literarios, considerándolos esenciales en las líneas melódicas, en la armonía, el impresionismo, las corrientes literarias y los contrastes sentenciosos de acuerdo con los respectivos escogitamientos.

Rasgos anímicos, sociológicos, étnicos, psicológicos, históricos, literarios y musicales, caracterizan a los brotes melódicos y poéticos, ajustados al amor, a las épocas, a la naturaleza y a la libertad, brillantes esfuerzos acumulados en el transcurso del tiempo donde se mantienen auroras y ocasos, visión y energías encaminándose al fuego de los ideales y a la apreciación de las obras de nuevos advenimientos públicos y generacionales.

En síntesis, la música afirma la sensibilidad, dulcifica instintos, enriquece a la conciencia moral, vigoriza el espíritu, adquiere agudeza para mirar y sentir las cosas en sus justas perspectivas. Música y poesía son armonías afinadas y convivencias del propio mundo interior, son encuentros y arterias surtidoras de conciertos y estremecimiento de almas.

Mi agradecimiento a la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en la persona de su Presidente Marco Antonio Rodríguez, de Fabián Guerrero Obando, Director de Publicaciones y personal administrativo, quienes hicieron posible la publicación de la obra, al señor Lcdo. Raúl Armendáriz, escritor de valía, por la presentación del libro “Literatura en el Pasillo Ecuatoriano” y su análisis artístico y musical.

Igualmente, agradezco al Sr. Presidente de la Casa de la Cultura Filial de Cotopaxi, Dr. Edmundo Rivera Robayo, por la presentación de la obra en esta ciudad, por la lucha sobre la autonomía de la institución y su labor fundamental y progresiva de la cultura provincial y nacional, al Directorio y personal administrativo provincial. Mi reconocimiento, a mi esposa, María Antonieta Robayo Izurieta y a mis hijos por su coadyuvamiento significativo.

Opinión / Hernán Iturralde Egas

MI PENÚLTIMA ESQUINA
“QUÉ BIEN TE VEO”…

Se van, se ausentan; "la sangre chuta" y regresan y se asoman a los tiempos, cuando han llegado a la “Tercera edad”, beneficiados con una ley justa, como deberían ser todas las leyes; y, se produce el encuentro: fugaz y de asombro... ¡cómo estás!, ¡dónde has estado!... ¡Qué bien te veo!... frase sine qua non, a la que mi hermano Francisco la calificaba como la mayor de todas las edades. Y decía la verdad, cuando a la amiga o amigo con una mirada inquisidora y aquella mentirilla de saludable remedio: "Qué bien te veo!" satisface al viajero en su retorno. Cuántas veces lo hemos dicho o nos han dicho...

Recordemos el promedio de vida que la ciencia lo señala: rodea los setenta y algo más... y la sentimos cierta aquellos ­que están cerca y aquellos que “hace fu” ya la pasamos...

Sin embargo y sin tener nada de científico, aprovechando la frasecita en mente, me atrevo a manifestar mi posible verdad a este señalamiento de los setenta años promediales de vida. La existencia de un elemento creciente que se lo antepone: la edad de la droga que va destruyendo a la juventud y aún a la niñez. Desequilibrando a este estudio promedial que señala la ciencia...

Ahí es en donde hay que luchar por el mañana de esta Patria nuestra: con realidad y fé, con la unidad fraterna. Sin someterse al hombre o al grupo. Es bueno el escogitamiento eleccionario; pero es malo el odio generalizado de personas o grupos que hieren a la Patria con el ataque “mindálico…" Más aún si se quiere que la Patria sea para todos, para poder decirnos entonces: "QUÉ BIEN TE VEO, PATRIA ADORADA....

Opinión / Hugo Salazar Albán

EL SALUDO
Cuando éramos longos chiquitos, como diría "El Caucara", en el comarcano pueblo de Pujilí, porque en ese tiempo no se lo podía llamar ciudad, los abuelitos que eran más curuchupas que el Papa, nos enseñaban que hay que saludar a las personas mayores, o cuando se entra a una casa, tienda, almacén, taller, etc., a quien se encuentra allí, no solo con el clásico buenos días, tardes o noches, sino que había que decir "Alabado sea Jesucristo" i quien era así saludado debía responder: "Sin pecado concebido". Estos saludos no nos entraba en la cabezota o no querían entrar que es muy diferente, pero de todas maneras cuando el abuelo estaba presente lo decíamos con timidez, que no nos vayan a oír los compañeritos de la escuela, para que no nos caigan con burlas después. Así las cosas el saludo a los abuelos si no era como nos enseñaban en los cánones religiosos domésticos, se complementaba el "buenos días", con el "Su Merced", entonces el saludo completo era "Buenos días, tardes o noches, su Merced", pero en lo que respecta al resto de congéneres era simplemente el buenos días, tardes o noches, pero seguido de la denominación i el nombre de la persona a quien se saludaba, como por ejemplo era: "Buenos días tía Florita, Buenas tardes don Gustavo, Buenas noches señora Michita ", i así por el estilo.

Pasaron los años i las costumbres cambiaron radicalmente, tanto es así que actualmente ni a los niños de pecho se les pone pantalones cortos como en nuestro tiempo, en que aún en el primer curso del Colegio Vicente León, no faltaba algún despistado que iba a clases primeras con pantaloncito corto, pero que por las burlas de los restantes educandos, especialmente de los langarotes de la sección superior, tenían que salir corriendo a ponerse pantalón largo, pero en cuanto al saludo todavía se estilaba el estilo clásico, pero sin mencionar a Jesucristo ni a su concepción, simplemente se decía Buenos días, tardes o noches al señor ingeniero, al señor arquitecto, al doctor o al profesor, se le cedía el paso en la acera i se lo miraba con respeto.

I pasaron más años i el saludo se convirtió solamente en "Bueeenas", sin distinción de mañana, tarde o noche i peor sin mencionar el nombre, dignidad o título del saludado, porque los jóvenes decían que ya se sobreentiende que si le saludo al doctor no hay necesidad de nombrarle, porque estando presente no hay otra persona a quien dirigir el saludo. I siguieron pasando los años i ese breve i cortante saludo de una sola palabra “bueeenas”, se convirtió en el "Hola", que generalmente antes se empleaba para personas de nuestra misma edad, profesión, educación, i especialmente para los compañeritos de la escuela o colegio, de la jorga del barrio, etc. I siguieron pasando los años i ahora simplemente los menores no saludan a los mayores, ni los hombres a las mujeres, ni el que entra a casa, tienda o almacén ajeno, simplemente las nuevas generaciones se quedan mirando embobadas a los otros i es algún pariente el que le insinúa “Mijito, salude pues al doctor” i el “mijito” se limita a decir “Hola”, con una voz casi imperceptible, así se trate del obispo de la Diócesis. I mientras tanto… siguen pasando los años.

Cordialmente / Hernanie


Opinión / Galo Chacón Izurieta

LA CARRETERA LATACUNGA-SALCEDO-NAPO, UN SUEÑO NO ALCANZADO

No quiero aparecer como un defensor de lo que parece ser una “causa perdida”, tampoco un provinciano que busca protagonismo, defendiendo el sano interés de su tierra, llegar al Oriente por camino propio como lo hicieron nuestros antepasados. Quiero hacer algo de historia y leyenda, recordando hechos que siempre alimentaron y guiaron a ese sueño incumplido de los latacungueños.

Una lejana referencia de los contactos de los pueblos serranos con los amazónicos, nos hacen conocer las ruinas de El Salitre, ubicadas al nororiente de nuestro Cotopaxi; ellas en su momento representaron el nexo del intercambio existente entre las dos regiones, cuando los Panzaleos estuvieron emparentados y relacionados pero con su propia cultura, con los Puruháes por el sur, los Quitus por el norte, los Yumbos por el occidente y los Jíbaros por el oriente. Lo prueba la probanza de méritos de Gil Ramírez Dávalos, en la conquista de Quijos y fundación de Baeza, documento donde resalta la participación de Sancho Hacho, cacique de Latacunga, cuñado de uno de los caciques de Quijos, casado con una de sus hermanas, particular que nos permite “inferir que antes de la conquista de los españoles, los indios de la Sierra mantenían relaciones hasta de familia con los indios de la región oriental amazónica…” escribe monseñor González Suárez en su “Historia General de la República del Ecuador”1.

Para el mismo historiador, “cuando los conquistadores venían a Quito en su segunda expedición, Luis Daza topó en Latacunga con un indio extranjero el cual le dijo que había venido a Quito, mandado por su rey”, a conferenciar con Atahualpa y alertarle sobre el enemigo blanco, que era para su pueblo una amenaza2. Del encuentro, al español le llamó la atención unos granitos dorados que exhibía el indio junto a sus otros compañeros. Averiguando el asunto dijo llamarse Hito Chi, según unos y Llulla Pinga, según otros y para muchos historiadores, Muequetá.

Frente a este asunto, Daza lo primero que hizo es convencer a Benalcázar para que le dejara de guarnición en Tacunga junto a unos cuantos compatriotas, con la misión de capturar a Rumiñahui que con parte de sus huestes merodeaba por Píllaro, según unos informantes y por Sigchos, de acuerdo a otras versiones, aunque en realidad lo que quería es conocer los territorios de donde procedían las “pepitas doradas” y de paso, unas olorosas cortezas, que ya fueron entregadas a Pizarro en Cajamarca por Atahualpa, como parte de los obsequios dados a los conquistadores. Dice la leyenda que simulando salir de cacería, Daza y varios de sus compañeros, el indio chibcha y los suyos, abandonaron Latacunga y dirigiéndose por Locoa, Pusuchisí, Tuavillí, nacientes del río Illuchi, se internaron en los páramos, trasmontaron la cordillera, alcanzaron los orígenes del río Langoa y sorprendidos vieron la inmensidad de la llanura amazónica con innumerable cantidad de lagunas, ríos y cascadas. Habían llegado a la zona de los Llanganates; la tierra del Dorado y la Canela, estaba a su vista.

Al escasear los víveres y presos de cansancio y decepción, pues Hito Chi, no señalaba en forma precisa el origen de las “pepitas doradas”, Daza regresa a Latacunga, sin mayores resultados, pero algo es cierto, el llamado Muequetá, Hito Chi o Llulla Pinga, era un cuentista que aprovechó la extremada ambición y tonta credulidad de los españoles3.

El diario El Comercio del 3 de junio de 2007 publica un artículo denominado “Salcedo-Tena, un camino mágico”, su autor Galo Sosa, en forma amena y detallada nos pinta la hermosura de la región, con sus lagunas, su rica flora y fauna y la alegría de sus pocos habitantes. De acuerdo con el tema escribe “en la transición del erial al bosque nublado aún se conserva intacto el sendero por donde caminaban los chasquis. El sector se denomina las siete curvas. Allí se observa un sistema de vías en zigzag, por ahí transitaban los incas en busca de la canela, el oro y era paso obligado para ir al Oriente”, comentario que unido a la fauna del parque nacional Llanganates, no solo por su rica biodiversidad, sino por guardar el “tesoro de Atahualpa”, da mayor veracidad a los lejanos tiempos aborígenes del intercambio existente entre los pueblos de las dos regiones y desde luego la existencia de vías de comunicación.

Mucho tiempo después, durante la Colonia, apareció otra leyenda, más creíble por cierto, el tesoro de Atahualpa en los Llanganates y el famoso “Derrotero de Valverde”. Desde entonces muchos nacionales y extranjeros caza fortunas y arqueólogos desde Latacunga hicieron exploraciones; varios hasta perdieron la vida por llegar al oriente y adueñarse de sus riquezas.

Pasaron los años, con el advenimiento del gobierno liberal, Eloy Alfaro firma el ejecútese del decreto legislativo del 20 de septiembre de 1900 que entre otras cosas dispone “considerando, que el progreso de los pueblos depende principalmente de las vías de comunicación… Decreta, Art.1º- Constrúyase un camino que ponga en comunicación la región Oriental del Napo, con el territorio de la provincia de León…”. Otros artículos señalan la recaudación de fondos para la obra y la administración a cargo de una Junta (R.O.No. 1229-1º de octubre 1900).

Poco tiempo después el 20 de enero de 1903, durante el gobierno de Leonidas Plaza G., se inician los trabajos desde Latacunga hacia el Oriente, lo confirman los escritos del ecuatoriano Carlos A. Rolando y de los investigadores alemanes Hans Meyer y N. Reschreiter, de visita en nuestro país para estudiar su geografía. Los europeos estuvieron en Latacunga y su territorio, en el verano de 1903. Tomaron contacto con mucha gente, entre ellos se entrevistaron con “un general F., pretendiente a la Presidencia”, y conocen que el gobierno de la época, para “mantenerle quieto”, dispone que el Tesoro Público, le entregue 80.000 sucres para que construya un “camino utilizable desde Latacunga a la provincia de Oriente”. Según los alemanes, solo había “trazado” el camino, ganándose 50.000 sucres, pero quería más recursos, para lo cual pidió el apoyo y visto bueno de los extranjeros, que por suerte, no le dieron4. Cuál fue la vía de ese contrato?.

· Latacunga-Salcedo-Napo.
· Latacunga-Mulaló-Quilindaña-Napo?

Para el año de 1903, de acuerdo con la “Memoria del Ministerio de Guerra y Marina”, presentado al Congreso, en la relación de los oficiales en servicio activo, constan solo tres generales: Flavio E. Alfaro, Ministro de Guerra; en el depósito de inválidos (pensionistas) general Manuel S. Yépez, y desempeñando “destinos civiles”, general Leonidas Plaza G.. Juzgue el lector cual podría ser el general F. citado por Meyer. Finalmente la mentada trocha se terminó en julio de 1910, en el gobierno de Eloy Alfaro5.

La ansiada y soñada vía de penetración al oriente por Latacunga quedó abandonada hasta los años 40 cuando los ingenieros militares retoman el asunto. En las diferentes comisiones tomaron parte dos distinguidos latacungueños, en ese entonces los tenientes Marcos Gándara Enríquez y N. Coronel, que realizaron innumerables recorridos y trazados de la esperada vía Latacunga-Salcedo-Napo, siguiendo el río Mulatos, Las Camuelas, Niágara, Napo, proyecto que para 1944 quedó paralizado en la garganta de Amina de difícil topografía y donde se inicia el descenso brusco de la cordillera oriental hacia la planicie amazónica.

La construcción de la actual y abandonada carretera se inició aproximadamente hace 40 años. Su extensión se estima más o menos en 130 Km., de los cuales están construidos algo más de 60 Km., (Cumbijín-puente Ana Tenorio) a partir de la serranía y unos 33 desde Tena, faltando apenas unos 37 Km. La vía en realidad, amenaza la biodiversidad del parque de los Llanganates que constituye una reserva de agua para unas 150.000 personas y posiblemente afectaría a varias pequeñas centrales hidroeléctricas6.

Los defensores del parque, ambientalistas, ecologistas, no presentan alternativas, situación que sumada al poco interés de las autoridades cotopaxenses y latacungueñas, el camino, no avanza. Una prueba de ese descuido son los diversos artículos publicados sobre la carretera y los Llanganates, desde la redacción de Ambato, que hasta omite la participación de la provincia de Cotopaxi, en el famoso parque; por suerte, el “tesoro de Atahualpa”, sigue allí: oro, cobre, petróleo…potencial riqueza que no es leyenda, por tanto, aprovecharla inteligente y responsablemente es el desafío de gobernantes y gobernados.
[1] Obra citada – Vol. I- Ed. CC-Quito-1969 pág. 748-749
2 Id. pág. 680.- M. Gustavo Iturralde en su artículo “Cotopaxi”, publicado en la revista del Colegio Militar “Eloy Alfaro” pág. 99-103, en junio de 1962, escribe que el encuentro de Daza con el indio chibcha, se produjo en el río Yanayacu, en circunstancias que bañaba la caballada española.
3 En lengua caribe: HITO= hombre, varón.
CHI= vivo, activo, propenso a la mentira
(Federico González Suárez, pág. 364-365)
En lengua quichua: LLULLA= mentira, mentiroso.
PINGA= ocioso, vago.
4 Hans Meyer. “En los altos Andes del Ecuador”. Ed. Abya Yala-Quito, 1993, pág. 280-284.
5 Carlos A. Rolando. “Obras Públicas Ecuatorianas”. Talleres Graf. Sociedad Filantrópica-Guayaquil, 1930, pág. 223-229.
6 Creación del parque 18 de enero de 1996. Su extensión aproximada es de 220.000 Has. distribuidas en cuatro provincias: Cotopaxi, Tungurahua, Pastaza y Napo. Es el decimotercer humedal de nuestro país, con importancia mundial.

Opinión / Gonzalo Banda Salazar

UN MEMORABLE 12 DE FEBRERO

Vienen a mi memoria dos hechos importantes en la historia de nuestra Patria: El descubrimiento del Río Amazonas el más caudaloso del mundo por Francisco de Orellana y la Conmemoración de los doscientos años del científico Charles Darwin que estando en nuestras Islas de Galápagos, reforzó su tan admirable teoría de la evolución de las especies mediante la selección natural. Ambos acontecimientos nos enseñaron en el Colegio y los recuerdo perfectamente.

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS

Estando en Quito los conquistadores españoles supieron de la riqueza de El Dorado en el Oriente y organizaron una expedición para conseguir ese oro tan ansiado por ellos, ya que en su conquista al llegar a Quito no encontraron sino una ciudad arrasada y quemada por Rumiñahui, quien ordenó matar a las Vírgenes del Sol y retirando todos los objetos de oro los ocultó en algún lugar que nunca lo declaró a pesar de caer prisionero en manos de los españoles quienes no solamente le torturaron sino que finalmente lo quemaron, llevando su secreto a la tumba.

Gonzalo Pizarro con Francisco de Orellana armaron una expedición con varios españoles, cientos de indios, muchos caballos y con ingentes vituallas y alimentos para dicha expedición. Cruzaron la Cordillera Oriental de los Andes y penetraron en el Oriente y llegaron al Río Coca y al Napo, en donde armaron una buena barcaza para el viaje fluvial. Gonzalo Pizarro ordenó que Francisco de Orellana se embarque con algunos expedicionarios a explorar esa región en busca del ansiado Dorado. Al viajar varios días siguiendo el curso del río los expedicionarios encontraron a unas hermosas mujeres guerreras que las bautizaron con el nombre de Amazonas y después de varias semanas de recorrido llegaron por ese caudaloso río a desembocar en el Atlántico y de ahí se dirigió a su madre patria España en donde informó a sus Reyes su descubrimiento y solicitó fondos para una nueva expedición al Río Amazonas. Cansado de esperar Gonzalo Pizarro se vio obligado a regresar a Quito con pocos hombres, ya sin indios ni caballos y luego de varias semanas arribaron a Quito andrajosos, descalzos, con hambre y enfermos.

En una hermosa lápida colocada en la Catedral de Quito reza: "Es Gloria de Quito el descubrimiento del Río Amazonas".

En tiempo de la Colonia habían muchas misiones religiosas repartidas por nuestro Oriente como Dominicos, Capuchinos y especialmente Jesuitas, quienes llegaron al Oriente para catequizar a los jíbaros y autóctonos hasta cerca de Iquitos. Pero desgraciadamente por la expulsión de los Jesuitas ordenada por el Rey Español nuestro Oriente quedó desprotegido y los ambiciosos peruanos aprovecharon para adentrarse en nuestro territorio y en el conflicto de 1.941 con el Perú perdimos la mayor parte de territorio amazónico dejando de ser el Ecuador un país Amazónico luego del Protocolo de Río de Janeiro que nos impusieron los Garantes estando nuestras fronteras invadidas por las tropas peruanas tanto en la región Oriental como la Provincia de El Oro.

Razón tenía Monseñor Federico González Suárez que en 1.912 cuando las tropas peruanas pretendían invadir el sur ecuatoriano se enfrentó valientemente el General Eloy Alfaro y González Suárez alentó a nuestras tropas diciendo "si el Ecuador desaparece que desaparezca, pero con el arma en brazo y el pecho erguido y no envuelto en los hilos de la Diplomacia", pues igual cosa ocurrió con los Garantes en la guerra no declarada entre Perú y Ecuador, que a pesar de que nuestras tropas defendieron heroicamente Tiwinza en la guerra del Cenepa, tales Garantes volvieron a desmembrar nuestro territorio.

Opinión / Iván Romero Abril

LA RETRIBUCIÓN DEL PUEBLO

El pueblo es en su momento justo y reconocido con las ciudadanas y ciudadanos que sin escatimar esfuerzo alguno trabajan en silencio desde diferentes espacios en beneficio de la patria que los vio nacer, me atrevo a decir que son seres especiales dotados de una fuerza interna que los ayuda a vencer los obstáculos para alcanzar la meta que se proponen.

En nuestro país han existido, existen y habrán siempre estos insignes patriotas, que despojándose de todo interés personal colaboran con ahínco para forjar en alto relieve el nombre del país y de su provincia. Lo hacen porque sienten amor por su tierra, porque por sus venas corre un torrente de ideales y anhelos que los cristalizan, no sin antes probar la hiel de la frustración, o la crítica desaprensiva que algunos miopes suelen hacer y que nunca faltan; pero, es su tenacidad, su visión y la convicción de que la tarea que realizan tarde o temprano rendirá frutos lo que los motiva y dejan como legado a las nuevas generaciones. Así pues, Eugenio de Santa Cruz y Espejo, Eloy Alfaro Delgado, Juan Montalvo Fiallos, Luis Vargas Torres, Marieta de Veintimilla, Manuela Cañizares, María Rosa Vela de Páez, Josefa Maenza, Jorge Carrera Andrade, Alfredo Pareja Diezcanseco, Pedro Jorge Vera, Leopoldo Benítez Vinueza, Joaquín Gallegos Lara, Demetrio Aguilera Malta y más, muchos más, son los ciudadanos que con fe y denuedo, desde distintos ámbitos contribuyeron a la grandeza de esta tierra bendita en la vivimos. Entre todas estas celebridades, mujeres y hombres de lucha y de letras, brilla con luz propia y fulgurante un ciudadano de altísimos quilates, su obra ya ha trascendido los límites de nuestra patria, cuyo nombre es sinónimo de cultura y ejemplo de audacia, tenacidad y pundonor, hablo de Manuel Benjamín Carrión Mora, mentalizador y fundador de la “Casa de la Cultura Ecuatoriana”, que más tarde en justo homenaje a este sureño altruista de amplísima cultura, la misma llevaría su nombre.

Hoy su obra es perenne símbolo de libertad, democracia y cultura.

En la página 30, del cuaderno 3 del domingo 28 de diciembre de 2008, en el “Rincón del filatelista” aparece un artículo que dice: BENJAMÍN CARRIÓN, un recorrido por su vida. Junto a una estampilla de correos del Ecuador de 0,50 ctvos., en este artículo se narra brevemente la vida de este ecuatoriano inmortal (No tiene nombre del autor).

Por la importancia que tiene el aludido y la necesidad de relevar el nombre de este ilustre hombre ecuatoriano, para conocimiento de los ciudadanos que de alguna manera desconocen la trayectoria fecunda del fundador de la entidad cultural más grande que tiene el Ecuador, transcribo el texto.

Benjamín Carrión, nació en Loja, en 1897 y murió en Quito el atardecer del jueves 8 de marzo de 1979. Estuvo casado con la distinguida dama Agueda Eguiguren. Los estudios primarios y secundarios los realizó en su ciudad natal. Obtuvo el título de doctor en Jurisprudencia en la Universidad Central. Manuel Benjamín Carrión Mora, de amplia figuración, además, como diplomático, político, catedrático universitario, fue un hombre de prestigio internacional, reconocido en múltiples ocasiones, especialmente por su obra literaria. Carrión militó en el socialismo y fue Secretario General de su partido y candidato a la vicepresidencia de la república, en fórmula con Antonio Parra Velasco; como diplomático fue embajador en París, Santiago de Chile, México y Colombia, delegado ecuatoriano ante la UNESCO. Actuó como Ministro de Educación y le correspondió fundar la Casa de la Cultura Ecuatoriana en 1944. Diputado en varias oportunidades; como periodista fue director del diario “El Sol” y como columnista de varios periódicos y publicaciones. Rector y vicerrector universitario, estuvo junto a la juventud como profesor de varias especialidades, particularmente literarias. Su última actuación fue la de Presidente del Tribunal Supremo Electoral, para llegar a la constitucionalidad del país; se retiró de él por motivos de salud, después de haberse posesionado el 3 de abril de 1978.

La obra de Benjamín Carrión, fue reconocida y valorada repetidamente en el ambiente internacional, habiendo alcanzado una serie de distinciones; el premio Benito Juárez, que le fue entregado por el presidente de México, Gustavo Días Ordaz, quien hizo elogio de la extraordinaria personalidad artística, literaria y humana del escritor ecuatoriano. Benjamín Carrión fue un hombre superior. Alcanzó las más altas cumbres del saber, sus libros fueron leídos y estudiados en los más prestigiosos círculos internacionales de cultura, junto con los calificados del pensamiento contemporáneo y fue objeto de singulares honores. Un patriota desinteresado y sincero; cuando el Ecuador fue derrotado en 1941, la voz del maestro se elevó para formular una acerba requisitoria: “Nos ha tocado vivir la época más dura por desinteresada, por regresiva, por vergonzosa y trágica de nuestro vivir llamado republicano, la patria ha sido humillada y vencida. A los hombres libres del Ecuador les ha tocado presenciar, impotentes, el asesinato del pasado, la anulación del presente, la mutilación del porvenir nacional”. Luego mantuvo la urgencia de “Volver a tener Patria”. Carrión murió luchando, acusando del asesinato del líder y fundador del FRA, (Abdón Calderón M.). Con voz firme señaló que el delito ha sido cometido por quienes tienen poder, se trata de un asesinato político perpetrado el 29 de noviembre de 1978. (Tomado del diario “El Comercio” Diciembre 28 de 2008).

Este es un resumen breve de la trayectoria literaria, política y cultural de uno de los hombres más destacados del siglo pasado, Benjamín Carrión Mora, por tanto, es plausible mantener vigente su trajinar fecundo que ha beneficiado sin límites al quehacer cultural del Ecuador.

La patria se hace grande y digna cuando sus hijos conocen sus raíces y su historia, cuando honran la memoria de las ciudadanas y ciudadanos que han luchado por la democracia, la libertad y la cultura de su pueblo. No son los títulos nobiliarios ni los apellidos de abolengo los que hacen historia, sino el tesón acucioso conque enriquecemos nuestro intelecto, el afán investigativo para saber de donde venimos, eso nos proporciona identidad, autoestima y sapiencia. Cuando de alguna manera seguimos los pasos de quienes nos legaron su sabiduría, estamos contribuyendo también a crear una secuencia y un eslabón con nuestro pasado, en el presente y para el futuro. Somos los artífices del escenario propicio para desarrollar nuestros conocimientos y habilidades; será el espacio en el que quienes nos preceden, un día también tendrán su momento culminante. Todo esto se puede cristalizar cuando ponemos lo más importante de nosotros como es la disciplina, el esfuerzo, la constancia, la fe y la convicción en lo que decidimos hacer, crear y expresar a través del espacio que mejor nos guste, esto es: poesía, pintura, escultura, literatura, etc., etc.

Sabemos que todo ser humano tiene el poder de la creatividad y el deseo de la superación, lo único que necesitamos es descubrirlo y ponerlo en práctica, avizorando siempre el horizonte de esa superación personal, soslayando la mediocridad, aceptando las limitaciones que tenemos, pero también explotando las virtudes que nos adornan, este trajinar positivo conlleva el beneficio de la madurez emocional. Aprendamos a ser discípulos de la vida, para mañana ser maestros del conocimiento con grandeza de espíritu, con la sencillez del hombre del pueblo y con el orgullo de ser ecuatorianos, como lo hicieron Oswaldo Guayasamín, Kingman, Leonardo Tejada, Benjamín Carrión Mora y más hombres de bien que rubricaron sus nombres para la posteridad, con sana humildad y sabiduría. Contribuyamos a su grandeza desde nuestras trincheras, por humildes que sean, hagámoslo con decoro, dignidad y amor propio, esgrimiendo como única arma y escudo la verdad.

Como lo han hecho todos aquellos a quienes hoy me cupo el honor de nombrarlos para ejemplo nuestro. Mujeres y hombres que aman y amaron su patria.

Discurso / Raúl Armendáriz

OSWALDO RIVERA VILLAVICENCIO:
INCANSABLE OBRERO DE LA PLUMA


Oswaldo va para octogenario y mucho más y durante su larga y bienvivida, honorablemente bienvivida existencia, no ha dado descanso a su quehacer intelectual: leer, investigar y escribir, también, desde la cátedra, desde la conferencia, el periodismo, el debate, el encuentro, desde el diálogo cotidiano y, por supuesto, desde las merecidas funciones encomendadas: los rectorados de los respetabilísimos y decidores Colegios: Vicente León y Victoria Vásconez Cuvi y desde su no menos significativa y proyectiva presidencia de la Casa de Cultura, núcleo de Cotopaxi, cuanto desde el emblemático Grupo literario Galaxia.

"La sencillez y naturalidad son el supremo y último fin de la cultura", argumenta el filósofo alemán Federico Nietzsche. Ello le viene bien no solo a la poesía, ensayo, periodismo, cátedra de Oswaldo, sino a su propio existir, a su existir social y personal. De ahí la reverencia que le profesamos quienes tenemos el privilegio de compartir sus experiencias vivenciales.

Ayer, nos latacungeñizaba con sus Cantos Terruñales. Nos sensibilizaba con Presencia y nos humanizaba con Homenaje al niño, obras publicadas del 65 al 69. Más tarde vendrían: La moral en las actividades humanas. Simón Rodríguez, pensador y maestro. Juventud y Angustia. Leyendas y tradiciones quiteñas, para recordar algunos de sus libros. Cuánto has dado, querido Oswaldo, a tu ciudad, provincia y país; lo sabían ustedes, lo recuerdan o ya lo han olvidado. El olvido, la desmemoria, en nuestro país, quien lo creyera, es el homenaje más puntual para el escritor.

Ahora, confirmando su incansable vocación de obrero de la pluma, nos entrega un nuevo libro: La literatura en el Pasillo Ecuatoriano. Una visión que confirma que las artes, lejos de ser impermeables unas a otras, se corresponden, fraternizan, se requieren y se explican. Por ello, Rivera, ha investigado letras, autores, compositores, intérpretes, historias y literaturas; trabajo moroso, paciente y generoso por aglutinador, multiplicador, didáctico, incluyente y no menos acertado en el análisis textual de letras y ritmos en correspondencia con el entorno histórico-social que los gestó.

Gracias a esta ardua tarea de estudio, el pasillo, canción mayor de nuestra identidad colonial y, sobre todo, republicana, se revalora, se desrutina, nos llama a la reflexión y, queramos o no, nos acerca, nos reintegra, nos autentifica musicalmente en lo nuestro. Ese nuestro que se resiste a la fractura globalizante auspiciada por un mercado transnacional que, por sobre respeto y valoración a la diversidad cultural de los pueblos, impone una voracidad de mercado que no conoce otra filosofía que la de sus réditos económicos. Por ventura, obras como las de Oswaldo Rivera Villavicencio, nos permiten reflexionar, autointeriorizar, rememorar, reencontrarnos y poner a buen recaudo nuestras raíces en peligro de extinguirse. El autor de Literatura en el Pasillo, nos obliga, nos impone, a sentir lo propio, sin justificativos vergonzantes. Basta de renunciar a nuestra huella digital, basta de plastificarnos, parecería, mandatoriamente, conminarnos el escritor. Pues, no podemos ni debemos renunciar, renunciarnos, a cambio de la simulación u adopción ciega, irreflexiva, vergonzante de lo extranjero. Si el sí podemos deportivo, ha calado tanto en nosotros, por qué no complementarlo con el sí somos y asumirlos como actitud diaria de vida nacional.

Pero, no se entienda que estamos proponiendo, ciegamente, cerrar las puertas a lo extranjero para invalidarlo; pues no, porque a más de ser imposible y condenable, tenemos que aceptar que la cultura tiene la potestad de desconocer fronteras. Pero aceptarlo sin renunciación, sin suplantar lo nuestro; sino como aporte, como natural proceso de correspondencia intercultural. Es más, como proceso dialéctico consciente, lúcido, adaptado y no atentatorio a nuestra forma de ser. Al respecto, vale recordar a Jorge Enrique Adoum, quien sostiene que: "la única argamasa posible para unir lo que nos queda es la conciencia de un país esplendoroso por su multiplicidad geográfica y humana, llena de posibilidades que el mismo ignora, tal vez por temor o por pereza, y que debe hacerse o seguir haciéndose".

Asumiendo la invocación optimista de nuestro gran poeta Adoum, deberíamos concientizarnos que: estamos obligados a seguir haciendo, haciéndonos; diferente, muy diferente y alienante, a que nos den haciendo y menos imponiendo.

Literatura en el Pasillo Ecuatoriano, es un libro que, precisamente, contribuye a favor de esa argamasa que nos une y robustece como conciencia de país. Por ello, sin ambages, hay que aplaudir, admirar y agradecer el aporte de nuestro intelectual, muy nuestro, Oswaldo Rivera Villavicencio.

Literatura en el Pasillo Ecuatoriano nos lleva a reflexionar sobre el ser del pasillo, a más de puntualizar su relación estrecha, justificable y complementaria con la literatura; sobre todo con la poesía, cercanía también con la danza, teatro, interpretación vocal e instrumental. Pero hay algo más, nos ayuda a descubrir, asombrados, lo que subyace detrás del pasillo, esos inéditos elementos históricos, geográficos, antropológicos, étnicos, regionales, religiosos, políticos que sustentan su forma de ser, nuestra forma de ser. Recuérdese, por ejemplo, que el pasillo en sus orígenes, finales de la Colonia e inicios de la República, es requerido por la sociedad burguesa, semifeudal, criolla y chapetona -pelucona, en lenguaje de moda- como modalidad musical de clase alta, pues, al venir del vals europeo, con aportes vascos, portugueses, franceses; del vals alemán, austríaco, fue adoptado como el distintivo de la clase social encopetada que evitase que lo popular " desmereciera" sus reuniones sociales pretendiendo mantener, así, alejados al bambuco y la guabina; al danzante, la bomba y la tonada; por citar algo de lo popular colombiano v ecuatoriano.

Viene al caso precisar que el pasillo es resultado de una mixtura europeo-latinoamericana que se adapta y adopta en Centro América, Nicaragua, Salvador, Panamá..., para extenderse, progresivamente, por Venezuela, Colombia, Perú. En nuestro país, "oficialmente", si me permiten el término, se dice afianzarse en el período de Ignacio Veintemilla. Pero, las manifestaciones culturales de nuestros pueblos no aparecen de la noche a la mañana y menos por decreto oficial; ellas se van construyendo, haciendo y no cesan de consumarse; un hacer en el que todos, en más o en menos, queramos o no, somos partícipes. Un hacerse, dialéctico, interminable, siempre inacabado. De ahí que no creo estar equivocado al sostener que el pasillo estará siempre creándose, pues, pese a lo europeo inicial de su gestación, el pasillo se ha hecho, hace y seguirá haciendo en un proceso transnacional y transregional a perpetuidad. Ya lo hemos confirmado algunos argumentos que nos obligan a reconocer ya no al pasillo, sino a los pasillos: pasillo centroamericano, colombiano, ecuatoriano, serrano, costeño, muy nuestros, con sabor localista: el de las zonas bajas, exuberante, alegre y bailable como sus selvas y sus marinas playas y el de las serranías, más reposado y nostálgico como la religiosa soledad de nuestros pajonales.

Oswaldo, nos invita a desentrañar esos antecedentes poco advertidos, ocultos, ignorados y hasta autoignorados por falta de conciencia de lo nuestro o, como dijera Jorge Enrique Adoum, "por temor o por pereza". Yo agregaría, también y sobre todo, por vergüenza, pues, la adopción injustificada de creernos inferiores a lo extranjero aligera el grave defecto de un lloriqueo que terminaría por descastarnos, debilidad conciencial que se traduce en la desvergüenza de creer que lo extranjero, sí; lo nacional, no. Y más sí a ello se suma la complicidad oficial expresa, cuyo sistema educativo y otros gubernamentales más, han desnacionalizado la enseñanza, debilitando la conciencia nacional en la formación de nuestros niños y jóvenes, pequeña despreocupación o tamaño interés colonizador venido desde fuera y obsecuente a qué intereses inconfesados, fáciles de intuir.

Vale agregar que el pasillo, o mejor, los pasillos, que nacen a expensas del afán individualista de clase, de la burguesía semifeudal- criolla, pronto se afianzará en la clase media y más en la popular, porque la infrahumanidad física que esta última injustamente vive, coincide con el desarraigo filosófico de las letras de los pasillos; cuyo contenido se hace carne, más vivencia dolorosa que en cualesquiera de las otras clases sociales.

La literatura que sustenta al pasillo, los pasillos, es la poesía; de ahí que Rivera tiene la acuciosidad de recordarnos que no hay derecho a ningunear al pasillo latinoamericano, al pasillo ecuatoriano, nuestro- pues, junto a grandes musicólogos e intérpretes están las creaciones poéticas de escritores de renombre, muchos reconocidos universalmente, a saber: Jorge Carrera Andrade, Félix Valencia, José María Egas, César Andrade y Cordero, Augusto Arias, Alejandro Carrión, Medardo Ángel Silva, Ernesto Noboa y Caamaño, Arturo Borja, Humberto Fierro; autores nacionales a los que añadiría algunos latinoamericanos -confirmando la tesis plural de que el pasillo, no es único ni nacional, sino plurinacional, latinoamericano como los mexicanos Manuel Acuña y Juan de Dios Peza, el colombiano Julio Flores, la argentina Rosario Sansores y tantos y tantos más a los que me veo obligado omitir por razones obvias; pero que Oswaldo los recuerda y estudia con la obsesiva prolijidad del orfebre, descubriéndonos datos insospechados, sorprendentes.

Nuestro escritor, Oswaldo Rivera Villavicencio, aprovecha su condición de ensayista, poeta, musicólogo, compositor e intérprete, inclusive; para ilustrarnos sobre autores, letras, compositores e intérpretes, desde un análisis didáctico que, generosamente, robustece nuestro ser nacional. Hilvana, morosamente, reflexiones y datos decidores sobre pasillos, en su mayoría, familiares a nuestra memoria musical ecuatoriana.

Concluye, invocando a que las nuevas generaciones perpetúen la memoria del pasillo nacional, invocando a que asuman la tarea de continuar su creatividad, aportando elementos nuevos, innovadores, sesudos, fundamentados, respetuosos de la esencia de lo propio, sin aventurar la originalidad a la ligereza, improvisación y peor a la notoriedad ligera y banal del inmediatismo vanidoso y mercantil. Que no se olvide, jamás, la misión educativa del arte y menos la responsabilidad futura que ello significa.

Estimado, respetado y admirado Oswaldo, gracias por tu incansable vocación de obrero de la pluma. Gracias por este nuevo aporte. Sé que vendrán más. Aplaudo tu quehacer incansable, tesonero, ejemplo para la juventud y para muchos de nosotros. Perteneces, sino lo sabían, a la generación latacungueña que, como ninguna otra, ha tenido la entereza de escribir más páginas que las generaciones anteriores. Por ello, es de esperarse que el Ministerio de Cultura, la Casa de la Cultura Ecuatoriana, la Casa de la Cultura Núcleo de Cotopaxi, por qué no el Cabildo, la Prefectura y más autoridades, aprovechen la coyuntura de la Asamblea Nacional y la redacción de las normas de la nueva Constitución, para que se incluyan, con sobrado derecho de méritos, estímulos pecuniarios. También el obrero de la cultura lo necesita y se merece. Si para un concurso de Miss Universo se invirtieron 14 millones de dólares. Si para otros similares se procede con igual liviandad, si para la corrupción hemos contribuido con tanto y tanto dinero, por qué no para quienes vienen de ofrendar su vida en los diarios, silenciosos y no menos dolorosos desvelos de la creación cultural.

Espero que ustedes también, como yo, celebremos la presencia de nuestro escritor Oswaldo Rivera Villavicencio y su nueva obra La Literatura en el Pasillo Ecuatoriano y espero que lo celebremos como se debe celebrar, leyendo: La Literatura en el Pasillo Ecuatoriano.

Finalmente, felicito a la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Cotopaxi por auspiciar este evento, uno de los tantos que, infatigablemente, se viene ofreciendo a nuestra ciudadanía y gracias, además, Sr. Presidente, por honrarme y permitirme participar y estar, como siempre, de vuelta a mi entrañable y siempre añorada, nunca renegada, ciudad de origen.

Reflexiones / Iván Berrazueta O.

LOS CONFINES DEL SER

Existe un profundo paralelismo entre la vida de cada ser humano y lo descrito en aquella fábula, escrita en forma de novela, Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach, que trata sobre una gaviota y su aprendizaje sobre la vida y el volar; esto se convierte, y tengo la certeza absoluta sobre esto, en un análisis sobre el auto perfeccionamiento y el sacrificio; sobre las capacidades de cada "yo" acerca de discernir sobre los límites que nos imputamos, tangibles o intangibles, aún cuando sabemos intrínsecamente que éstos no existen, que son solo obligaciones fijadas por nuestra mente y espíritu, y de los temores propios que afloran y que nos imbuye el medio en el que nos desenvolvemos; de la fuerza que puede y debe irradiar cada persona en su diario enfrentamiento entre su interior con el exterior que lo rodea y sus complejidades; en la transposición de su actitud por sobre las falsas posturas e imposiciones; en aceptar, de manera metafórica, de que si somos capaces de "volar" hasta los distintos estadios o niveles que nos impongamos, dejando fuera cualquier tipo de competición.

La aplicación de los corolarios de este autoanálisis nos permitirá ser conscientes de saber cuando ya hemos llegado a una estancia o un plano más elevado de existencia, basándose en la búsqueda interior del ser, de la superación personal, del sacrificio y de la necesidad de conocer hasta dónde podemos llegar cuando buscamos algo más que satisfacer nuestras necesidades materiales, comprendiendo la trascendencia de lo que significa "ser", de lo que significa "estar", de lo que significa "hacer", y como consecuencia de lo anterior, inferir la importancia que tiene el significado de la vida; pero estando siempre ahí, en el mundo que nos rodea y nos trata de limitar; aceptando que la vida no es más que una coexistencia que debe ser percibida en su cualidad pura de que es incompleta, por el hecho de que conduce al ser humano a enfrentarse con la certeza de la muerte, constituyéndose esto en la única limitación real a la que debe encarar en un determinado momento de su estadía terrenal.

Para alcanzar lo anteriormente enunciado es necesario basarse en una actitud que haga hincapié en la dignidad y el valor de la persona, desplegando la percepción de que son seres racionales que poseen en sí mismos la capacidad para hallar la verdad y practicar el bien, sin dejar de ser auténticos y positivos.

En la actualidad existen grandes amenazas que tratan de impedir que estos propósitos primen y se conviertan, dentro de la pirámide de prioridades esenciales del Yo, en el estadio más alto que cada uno debe tratar de alcanzar para lograr el grado de plena existencia interna que busca.

Existe, a nivel mundial, una mutación ocasionada por la caída de todo tipo de paradigmas, valores o referentes que aún estaban vigentes y que se constituían en parámetros de vida para un gran sector de la sociedad que conforma la aldea global.

Esta metamorfosis ha generado un ambiente de crisis, de cuestionamientos a todos y a cada uno de los principios, de los ideales; de una confusión de valores y hasta, y esto es lo más preocupante, de anomia o carencia absoluta y degradante de normas. ¿Será acaso un variación de parálisis mental social?

Se podría atribuir estos signos de una inminente crisis de valores a la mundialización de la información y la comunicación, a la globalización de la economía, al desarrollo de la nano tecnología, de la ultra ciencia y de la meta tecnología, a la brecha de desigualdades entre personas y naciones pudientes e indigentes, a la creciente corrupción y a otros fenómenos de escala mundial que han alcanzado un alto nivel de incidencia en la cultura actual.

Será, acaso, que estamos entrando en un proceso de mutación de carácter civilizatorio, es decir, estamos pasando de una etapa histórica que ha durado mucho tiempo, que puede ir desde el Renacimiento hasta la época actual, hacia un nuevo mundo en donde su principal elemento será la transvaloración o pérdida o mutación de los valores intrínsecos y primordiales.

Estas hipótesis serán verificables solo cuando decidamos enfrentar al tiempo y entremos, conjuntamente, en esa galería que se encuentra al final de cada estado existencial y aprendamos a "volar" sin ataduras terrenales de ninguna índole.

Opinión / Efrén Mena Galarza

CONTINUACIÓN DE LA HISTORIA DE LAS PRINCIPALES PLAZAS DE LA CIUDAD DE LATACUNGA

Séame permitido, queridos lectores del periódico cultural “Molinos Monserrat”, continuar con la historia de las principales plazas de la ciudad de Latacunga; y, en esta vez voy a referirme a otras dos, que tienen la misma importancia que las cuatro anteriormente mencionadas.

PLAZA SUCRE

Esta plaza ubicada a dos cuadras al occidente del parque “Vicente León”, está encuadrada: al norte, un pasaje peatonal que une la Av. Amazonas con la calle Dos de Mayo, al sur, el río Yanayacu, al Oriente, el Colegio Técnico Evangelina Herrera; y, al occidente, la avenida Amazonas.

Como muchos de ustedes recordarán, en esta plaza, al costado sur, se encontraba el reservorio de las aguas del río Yanayacu, que generaban la segunda planta eléctrica municipal, ubicada a orillas del río Cutuchi y la toma de la acequia que conducía las aguas del mismo río Yanayacu para accionar los molinos Monserrat, cuyas instalaciones, hoy muy bien restauradas y remodeladas acogen a la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, Núcleo de Cotopaxi, instalaciones que constituyen un orgullo para la ciudad de Latacunga, y por qué no decirlo del Ecuador, gracias a la planificación del excelente profesional, arquitecto Eduardo Meythaler Quevedo y la ejecución de las obras en diferentes administraciones del Núcleo, por más de 40 años.

Alrededor de esta plaza, se asentaban o aún se asientan los domicilios de las siguientes familias: al norte, con frente al paso peatonal, la familia Tapia, vecina de la parroquia Once de Noviembre, que una vez terminada la construcción de su casa , vendió a unos norteamericanos que instalaron la primera iglesia evangélica en esta ciudad y luego fue convertida en establecimiento comercial donde funcionaba un restaurante de pollos dorados, denominado “Don Lloguito”, de propiedad del señor Rodrigo Armas Ascázubi actualmente está instalado en este local el frigorífico “Don Jorge”. Hacia el oriente, en este mismo pasaje, hasta dar con el río Yanayacu, existía solamente un muro de cerramiento; pero hoy se han construido locales comerciales como el almacén discográfico de doña Cristina y el de materiales de zapatería del señor Héctor Terán. Al sur, con frente a la calle Padre Salcedo, las familias: Robayo Izurieta, Salas Molina, Solano de la Sala Toscano; recordarán ustedes, el establecimiento muy concurrido de la señora Justa Toscano Sulca, casada con el señor Alejandro Solano de la Sala, que no se si por un accidente gramatical o por alguna otra razón, este apellido se cambió a Salas; de allí que a la señora muy recordada por cierto dueña del mencionado establecimiento se la conocía con mucho cariño como la señora Justa Salas; a continuación la casa de la familia Lanas Angulo, que hace escuadra con frente también a la Av. Amazonas, donde actualmente funciona el taller de mecánica Multiservicios de mi buen amigo el señor Manolo Célleri Angulo, y en la esquina la casa del profesor en ciencias ocultas don Carlitos de la Fuente y que sus amigos le apodaban “Monigote”, hoy un sobrio edificio de la familia Alcocer Vizuete. Al oriente, la gallera municipal, de grata recordación para los latacungueños por las famosas peleas de gallos, especialmente los días domingos, y los bailes de disfraces que se realizaban del 28 de diciembre al 6 de enero de cada año, en la temporada de Inocentes. En las administraciones municipales del distinguido y recordado patricio latacungueño, don Rafael Cajiao Enríquez, este edificio, remodelado tantas ocasiones, constituía el despacho ocasional del señor Alcalde, de preferencia, en las tempranas horas de la mañana, desde donde se emanaban las órdenes de trabajo de las diferentes obras que ejecutaba la municipalidad, se movilizaban vehículos y trabajadores, y en muchas ocasiones, a la cabeza el señor Alcalde, porque muy difícil que se vuelva a repetir otra persona que amaba tanto al trabajo y a su ciudad. Posteriormente este edificio fue cedido para el funcionamiento del colegio de manualidades “Evangelina Herrera”. Al occidente, las familias Domínguez Yánez, Gallegos Domínguez, Iturralde Rivadeneira, Vergara Medina, Romo Viteri y Zambrano Maldonado; de todas ellas, excepto la familia Zambrano Maldonado, han enajenado sus bienes, y hoy tenemos, establecimientos comerciales como: el restaurante chifa “Dragón China”, el restaurante “El Leñador”, el Laboratorio Médico “Histolab” y el Supermercado “NARCIS”, con su mayor accionista, el señor ingeniero Pedro Altamirano; por esta razón, el tramo de la Av. Amazonas, comprendido entre las calles Pastaza y Guayaquil, se ha convertido en un polo de desarrollo comercial de Latacunga, al igual que toda esta avenida hacia el norte, hasta converger con la Av. Benjamín Terán.

En las primeras décadas del siglo XX, esta plaza estuvo destinada a la comercialización de productos agrícolas; luego, a la venta de calzado y ropa confeccionada, aún de cierta clase de telas; hasta que por último, la Municipalidad se preocupó de colocar en el centro un diminuto busto del Mariscal Antonio José de Sucre, haciendo honor al nombre de la misma, busto que en la alcaldía del Dr. Rubén Terán Vásconez, fue cambiado por la efigie ecuestre actual .
La plaza Sucre, una vez rellenado el reservorio de la planta eléctrica y transformado en un hermoso jardín, se ha convertido en un agradable paseo de la ciudad. De desear sería que el monumento a la vivandera, el Municipio le ubique en un lugar más adecuado, como por ejemplo la plaza El Salto, porque en ella se expenden en la actualidad todos los productos que figuran en dicho monumento.

PLAZA EL SALTO, CHILE, O RAFAEL CAJIAO

La plaza de El Salto, más comúnmente así conocida, es la de mayor importancia en lo que se refiere al aspecto comercial, puesto que en ella, la ciudadanía encuentra desde un alfiler hasta vehículos, desde luego estacionados en las calles que la circundan.

Está ubicada al noroccidente de la ciudad, enmarcada por las calles: Félix Valencia, al norte, Juan Abel Echeverría, al sur, Antonio Clavijo, al oriente y Antonia Vela, al occidente. Está dividida en dos plataformas porque por su centro, de norte a sur, atraviesa la Avenida Amazonas con un amplio y elegante parterre.

Como complemento de la plaza, entre las calles Juan Abel Echeverría y Cinco de Junio, hasta mediados del siglo anterior, existían el comedor municipal, una piscina y el camal o despostadero de la ciudad; espacio que una vez desaparecidos estos tres servicios municipales, se convirtió en el terminal terrestre de Latacunga, hasta que actualmente está convertido en un mercado de ropa confeccionada.

En la parte suroriental se encuentra la Iglesia de El Salto, donde se venera la imagen de la virgen del mismo nombre, denominada así, porque hacia el norte, antes que se prolongara la calle Dos de Mayo, en donde el Río Yanayacu se encajonaba, existía un pequeño callejón por donde transitaba la gente al norte y no digamos de la ciudad, porque la ciudad en aquel entonces, me refiero a principios del siglo pasado, cuando más llegaba hasta la plaza en referencia, y digo que el río se encajonaba y el ancho era tan estrecho que por allí pasaba saltando la gente y se conocía el lugar como el brinco o el salto. Recuerdo también que por media plaza, atravesaba una acequia que conducía las aguas que movían las piedras del molino “Villacrés”, llamado así por su propietaria, doña Rita Villacrés.

En la actualidad, El Salto, constituye el mayor centro comercial de la ciudad de Latacunga; pues, en esta plaza se expenden, víveres, comidas preparadas, calzado, ropa, discos, granos, frutas, etc. etc. Sería muy largo enumerar la cantidad de artículos o productos que el público puede encontrar en este lugar y al mismo tiempo constituye el mayor dolor de cabeza para la administración municipal, porque a pesar de los esfuerzos que hace el Municipio para tratar de organizar a los comerciantes, resulta difícil por el número y la resistencia que ellos presentan para ser trasladados a otras plazas.

Como no puede ser de otra manera, los edificios de su alrededor, son destinados, todos a la actividad comercial, con excepción únicamente de la Iglesia y la casa conventual de la parroquia El Salto. Veamos ligeramente unos pocos de ellos; al norte la mayor parte son bodegas que expenden productos para la alimentación, en la esquina formada por la Av. Amazonas y la calle Félix Valencia, está ubicada la Sucursal del Banco del Pichincha, y siguiendo hacia el oriente, encontramos almacenes con artículos de uso doméstico y también bodegas de víveres. Al sur, a continuación del convento, están ubicados almacenes con calzado, ropa confeccionada y bazares, hasta la Av. Amazonas, hacia el occidente, el mercado de ropa confeccionada. Al oriente, la edificación del Gremio de Sastres y Modistas “Unión y Progreso” de la ciudad de Latacunga, la planta alta ocupada por la sede social de dicho gremio y la planta baja varios locales comerciales, donde se han instalado almacenes de diferente índole comercial. Al occidente, tenemos el mercado cerrado, en donde la municipalidad trata de ubicar a los comerciantes; pero como digo en líneas anteriores, ellos se resisten, y durante la semana, con excepción de los días de feria, martes y sábados, este mercado permanece casi abandonado.

De esta manera, creo que me faltan pocas plazoletas por describirlas como son: San Sebastián, San Felipe y El Rosal, conocida también como San Agustín, que será motivo de una siguiente entrega.

Opinión / Raúl Berrazueta Velasco

CANDIDATOS A…

Es momento adecuado éste, para opinar sobre la decisión de terciar en las elecciones del próximo abril en calidad de candidatos para optar por una de las dignidades que se elegirán en esta oportunidad. De esta manera, es necesario anotar algunas de las cualidades imprescindibles que deben poseer los aspirantes a ocupar los sitiales en oferta.

Primero, deben conocer profundamente su forma de ser, pensar y obrar frente a sí mismo y ante la comunidad.

Luego, deben someterse a un profundo análisis intrínseco respecto del grado de instrucción que poseen, para que puedan desempeñar una labor que esté acorde con los anhelos de la comunidad que los eligió, y que estén en capacidad sana de poner ese bagaje de erudición a disposición de ese conglomerado social.

Otro aspecto que deben considerar será el de precisar si realmente están capacitados y se han preocupado de preparar planes y proyectos que estén relacionados con el desarrollo y adelanto de los sectores geográficos de influencia de la dignidad a ocupar, que reflejen las necesidades reales de los distintos estratos socio económicos del entorno que los rodea, y si son factibles de concreción, sus costos reales, su utilidad social real y si, en su conjunto, realmente contribuirán al desarrollo local o nacional.

Otro "ítem'' que deberían colocar en la palestra es si serían capaces de despojarse del egoísmo, envidia, negativismo ante las ideas, propuestas, planes y proyectos de desarrollo que presentan los contendores.

Deberían poseer un título profesional que garantice su desempeño en las funciones para las que van a ser elevados por votación popular.

Y, continuando con ese análisis intrínseco, surgen los siguientes interrogantes particularizados, como:

¿Ud. es capaz de hablar siempre con la verdad; no engañar al pueblo con ofrecimientos irrealizables; no confundir con proyectos y obras que no son prioritarias para el desarrollo comunitario y que solo son de relumbrón para satisfacer el clientelismo político?

¿Ud. está dispuesto a servir honesta y desinteresadamente en beneficio popular, sin atentar contra la estructura, economía y majestuosidad de la institución a la cual pretende prestar sus servicios?.

¿Está dispuesto a respetar las costumbres, la moral y las tradiciones del pueblo, o por el contrario quiere reemplazarlos con aculturamientos traídos de otros lares, con la consecuencia de la pérdida de identidad que esto conlleva?

¿Es una persona hecha para gobernarse a sí misma, o, por el contrario, actúa de conformidad a lo que le dictaminen sus auspiciantes o su partido político?

¿Las resoluciones o acciones desarrolladas fueron ejecutadas pensando en beneficio de la comunidad, y éstas las tomó a título personal o por influencia de terceros?

¿Ud. está en libre disposición de que las necesidades laborales de creación de nuevas funciones sean satisfechas acatando el dictado de las leyes y de la equidad, de la moral y la decencia, apartando los apetitos de satisfacer el bienestar de su grupo familiar o social al que se pertenece?.

Si usted es capaz de despojarse de uno o varios de los aspectos tratados en este escrito y de acatar lo que dice el sentido común y las normas éticas y morales, rivalizando limpiamente con los otros candidatos, dándoles una clara muestra de saber “ser” y “estar” y dejando traslucir que posee un claro deseo de servir desinteresadamente a su pueblo, ya podría conceptuarse como la persona que está apta para ser "candidato a"; si luego de este autoanálisis concluye que no se acerca, ni de lejos, al perfil analizado y propuesto, por favor, retírese de la contienda política; de un paso a un lado; haga "mutis" por el "foro"; permita que los más capacitados sigan en la contienda; ceda ese espacio a los profesionales, que los hay muchos; sea honesto consigo mismo y con su entorno familiar; no se mienta usted ni a los suyos y contribuya al desarrollo de su pueblo uniendo su hombro con los honestos, sumando sinergias con los que si desean el progreso sostenido decente y valedero y mediante esa suma de propósito ayude a crear y fijar nuevos paradigmas que permitirán arribar al puerto que todos buscamos.

Estas normas, por ser claras, precisas, sencillas y primigenias pueden mejorárselas, y convertirlas, en tiempo no lejano, en el vademécum de los políticos criollos.

Poesía / Rosmery Salazar

REVOLUCIÓN

Te has perdido en mis uñas
cuando te rasgué la espalda
tratando de hacer la revolución
mientras nos amábamos
era el día de un año
mis piernas, mis brazos
se enredaron en tus entrañas
indagando algo adorable
y encontré metrallas
combatí lo injusto
no maté al culpable
el opresor es cobarde
pero no dejes de amarme
tengo derecho a tus besos
a tragarme tus labios
a disparar primero
para no ver siempre
como se consumen
tus manos obreras
que saben fraguar
perfectamente mi cuerpo.
Cautívame, atrápame
y teje en mí
los segundos que te faltan
antes que expire el sol
en la faena.






Recuerdo Gráfico del Núcleo