CANDIDATOS A…
Es momento adecuado éste, para opinar sobre la decisión de terciar en las elecciones del próximo abril en calidad de candidatos para optar por una de las dignidades que se elegirán en esta oportunidad. De esta manera, es necesario anotar algunas de las cualidades imprescindibles que deben poseer los aspirantes a ocupar los sitiales en oferta.
Primero, deben conocer profundamente su forma de ser, pensar y obrar frente a sí mismo y ante la comunidad.
Luego, deben someterse a un profundo análisis intrínseco respecto del grado de instrucción que poseen, para que puedan desempeñar una labor que esté acorde con los anhelos de la comunidad que los eligió, y que estén en capacidad sana de poner ese bagaje de erudición a disposición de ese conglomerado social.
Otro aspecto que deben considerar será el de precisar si realmente están capacitados y se han preocupado de preparar planes y proyectos que estén relacionados con el desarrollo y adelanto de los sectores geográficos de influencia de la dignidad a ocupar, que reflejen las necesidades reales de los distintos estratos socio económicos del entorno que los rodea, y si son factibles de concreción, sus costos reales, su utilidad social real y si, en su conjunto, realmente contribuirán al desarrollo local o nacional.
Otro "ítem'' que deberían colocar en la palestra es si serían capaces de despojarse del egoísmo, envidia, negativismo ante las ideas, propuestas, planes y proyectos de desarrollo que presentan los contendores.
Deberían poseer un título profesional que garantice su desempeño en las funciones para las que van a ser elevados por votación popular.
Y, continuando con ese análisis intrínseco, surgen los siguientes interrogantes particularizados, como:
¿Ud. es capaz de hablar siempre con la verdad; no engañar al pueblo con ofrecimientos irrealizables; no confundir con proyectos y obras que no son prioritarias para el desarrollo comunitario y que solo son de relumbrón para satisfacer el clientelismo político?
¿Ud. está dispuesto a servir honesta y desinteresadamente en beneficio popular, sin atentar contra la estructura, economía y majestuosidad de la institución a la cual pretende prestar sus servicios?.
¿Está dispuesto a respetar las costumbres, la moral y las tradiciones del pueblo, o por el contrario quiere reemplazarlos con aculturamientos traídos de otros lares, con la consecuencia de la pérdida de identidad que esto conlleva?
¿Es una persona hecha para gobernarse a sí misma, o, por el contrario, actúa de conformidad a lo que le dictaminen sus auspiciantes o su partido político?
¿Las resoluciones o acciones desarrolladas fueron ejecutadas pensando en beneficio de la comunidad, y éstas las tomó a título personal o por influencia de terceros?
¿Ud. está en libre disposición de que las necesidades laborales de creación de nuevas funciones sean satisfechas acatando el dictado de las leyes y de la equidad, de la moral y la decencia, apartando los apetitos de satisfacer el bienestar de su grupo familiar o social al que se pertenece?.
Si usted es capaz de despojarse de uno o varios de los aspectos tratados en este escrito y de acatar lo que dice el sentido común y las normas éticas y morales, rivalizando limpiamente con los otros candidatos, dándoles una clara muestra de saber “ser” y “estar” y dejando traslucir que posee un claro deseo de servir desinteresadamente a su pueblo, ya podría conceptuarse como la persona que está apta para ser "candidato a"; si luego de este autoanálisis concluye que no se acerca, ni de lejos, al perfil analizado y propuesto, por favor, retírese de la contienda política; de un paso a un lado; haga "mutis" por el "foro"; permita que los más capacitados sigan en la contienda; ceda ese espacio a los profesionales, que los hay muchos; sea honesto consigo mismo y con su entorno familiar; no se mienta usted ni a los suyos y contribuya al desarrollo de su pueblo uniendo su hombro con los honestos, sumando sinergias con los que si desean el progreso sostenido decente y valedero y mediante esa suma de propósito ayude a crear y fijar nuevos paradigmas que permitirán arribar al puerto que todos buscamos.
Estas normas, por ser claras, precisas, sencillas y primigenias pueden mejorárselas, y convertirlas, en tiempo no lejano, en el vademécum de los políticos criollos.
Es momento adecuado éste, para opinar sobre la decisión de terciar en las elecciones del próximo abril en calidad de candidatos para optar por una de las dignidades que se elegirán en esta oportunidad. De esta manera, es necesario anotar algunas de las cualidades imprescindibles que deben poseer los aspirantes a ocupar los sitiales en oferta.
Primero, deben conocer profundamente su forma de ser, pensar y obrar frente a sí mismo y ante la comunidad.
Luego, deben someterse a un profundo análisis intrínseco respecto del grado de instrucción que poseen, para que puedan desempeñar una labor que esté acorde con los anhelos de la comunidad que los eligió, y que estén en capacidad sana de poner ese bagaje de erudición a disposición de ese conglomerado social.
Otro aspecto que deben considerar será el de precisar si realmente están capacitados y se han preocupado de preparar planes y proyectos que estén relacionados con el desarrollo y adelanto de los sectores geográficos de influencia de la dignidad a ocupar, que reflejen las necesidades reales de los distintos estratos socio económicos del entorno que los rodea, y si son factibles de concreción, sus costos reales, su utilidad social real y si, en su conjunto, realmente contribuirán al desarrollo local o nacional.
Otro "ítem'' que deberían colocar en la palestra es si serían capaces de despojarse del egoísmo, envidia, negativismo ante las ideas, propuestas, planes y proyectos de desarrollo que presentan los contendores.
Deberían poseer un título profesional que garantice su desempeño en las funciones para las que van a ser elevados por votación popular.
Y, continuando con ese análisis intrínseco, surgen los siguientes interrogantes particularizados, como:
¿Ud. es capaz de hablar siempre con la verdad; no engañar al pueblo con ofrecimientos irrealizables; no confundir con proyectos y obras que no son prioritarias para el desarrollo comunitario y que solo son de relumbrón para satisfacer el clientelismo político?
¿Ud. está dispuesto a servir honesta y desinteresadamente en beneficio popular, sin atentar contra la estructura, economía y majestuosidad de la institución a la cual pretende prestar sus servicios?.
¿Está dispuesto a respetar las costumbres, la moral y las tradiciones del pueblo, o por el contrario quiere reemplazarlos con aculturamientos traídos de otros lares, con la consecuencia de la pérdida de identidad que esto conlleva?
¿Es una persona hecha para gobernarse a sí misma, o, por el contrario, actúa de conformidad a lo que le dictaminen sus auspiciantes o su partido político?
¿Las resoluciones o acciones desarrolladas fueron ejecutadas pensando en beneficio de la comunidad, y éstas las tomó a título personal o por influencia de terceros?
¿Ud. está en libre disposición de que las necesidades laborales de creación de nuevas funciones sean satisfechas acatando el dictado de las leyes y de la equidad, de la moral y la decencia, apartando los apetitos de satisfacer el bienestar de su grupo familiar o social al que se pertenece?.
Si usted es capaz de despojarse de uno o varios de los aspectos tratados en este escrito y de acatar lo que dice el sentido común y las normas éticas y morales, rivalizando limpiamente con los otros candidatos, dándoles una clara muestra de saber “ser” y “estar” y dejando traslucir que posee un claro deseo de servir desinteresadamente a su pueblo, ya podría conceptuarse como la persona que está apta para ser "candidato a"; si luego de este autoanálisis concluye que no se acerca, ni de lejos, al perfil analizado y propuesto, por favor, retírese de la contienda política; de un paso a un lado; haga "mutis" por el "foro"; permita que los más capacitados sigan en la contienda; ceda ese espacio a los profesionales, que los hay muchos; sea honesto consigo mismo y con su entorno familiar; no se mienta usted ni a los suyos y contribuya al desarrollo de su pueblo uniendo su hombro con los honestos, sumando sinergias con los que si desean el progreso sostenido decente y valedero y mediante esa suma de propósito ayude a crear y fijar nuevos paradigmas que permitirán arribar al puerto que todos buscamos.
Estas normas, por ser claras, precisas, sencillas y primigenias pueden mejorárselas, y convertirlas, en tiempo no lejano, en el vademécum de los políticos criollos.
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